El Romanticismo fue un periodo
que transcurrió, aproximadamente, entre principios de los años 1820 y la
primera década del siglo XX, y suele englobar toda la música escrita de acuerdo
a las normas y formas de dicho período. El romanticismo musical es un período
de la música académica que fue precedido por el Clasicismo y seguido por el
Impresionismo.
El Romanticismo musical está
relacionado con el Romanticismo, la corriente de cambios en Literatura, Bellas
Artes y Filosofía, aunque suele haber ligeras diferencias temporales, dado que
el Romanticismo en aquellas Artes y en la Filosofía se suele reconocer entre
los años 1780 y 1840. El Romanticismo como movimiento global en las Artes y la
Filosofía, tiene como precepto que la verdad no podía ser deducida a partir de
axiomas, en el mundo había realidades inevitables que sólo se podía captar
mediante la emoción, el sentimiento y la intuición. La música del Romanticismo
intentaba expresar estas emociones.
ÓPERA ROMÁNTICA (1800–1924)
En la ópera se tendió a relajar,
romper o mezclar entre sí, las formas establecidas en el barroco o el
clasicismo. Este proceso alcanzó su apogeo con las óperas de Wagner, en las
cuales las arias, coros, recitativos y piezas de conjunto, son difíciles de
distinguir. Por el contrario, se busca un continuo fluir de la música.
También ocurrieron otros cambios.
Los castrati desaparecieron y por tanto los tenores adquirieron roles más
heroicos, y los coros se tornaron más importantes. A finales del período
romántico, el verismo se popularizó en Italia, retratando en la ópera escenas
realistas, más que históricas o mitológicas. En Francia la tendencia también se
acogió, y quedaron ejemplos populares como Carmen de Bizet.
Muchos compositores del
romanticismo, a partir de la segunda mitad del siglo XIX, escribieron música
nacionalista, que tenía alguna conexión particular con su país. Esto se
manifestó de varias maneras. Los temas de las óperas de Mijaíl Glinka, por
ejemplo, son específicamente rusos, mientras que Bedřich Smetana y Antonín
Dvořák utilizaron ritmos y temas de las danzas y canciones populares checas. A
finales del siglo XIX, Jean Sibelius escribió Kullervo, música basada en la
épica finlandesa (el Kalevala) y su pieza Finlandia se convirtió en un símbolo
del nacionalismo finés.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.